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Una aguja de irrigación en endodoncia es un dispositivo delgado y flexible que se conecta a una jeringa de irrigación para administrar soluciones de irrigación dentro de los conductos radiculares durante el tratamiento endodóntico.
Estas agujas permiten distribuir el irrigante de forma controlada dentro del conducto, ayudando a eliminar tejido necrótico, bacterias y otros residuos presentes en el interior del conducto radicular.
La jeringa de irrigación es una herramienta esencial en endodoncia que se utiliza para administrar soluciones desinfectantes y limpiadoras en el conducto radicular.
Estas agujas permiten irrigar los conductos con líquidos como hipoclorito de sodio, clorhexidina o agua destilada, para eliminar material orgánico, reducir la carga bacteriana y preparar el conducto para la obturación. Las jeringas están diseñadas para ofrecer un control preciso sobre la cantidad y el flujo de líquido que se introduce en el conducto.
En endodoncia, se utilizan diferentes tipos de agujas de irrigación dependiendo del tipo de conducto y la técnica utilizada. Los tipos más comunes son:
La aguja de irrigación se conecta a la jeringa de irrigación y se introduce cuidadosamente en el conducto radicular. Una vez dentro, el irrigante se libera a través de la aguja, ayudando a limpiar y desinfectar las paredes del conducto.
Las agujas están diseñadas para aplicar el irrigante de manera controlada, lo que garantiza que llegue a todas las áreas del conducto, incluyendo zonas profundas o de difícil acceso.
Dependiendo del tipo de aguja, el irrigante puede aplicarse de manera más directa o lateral para una limpieza más eficiente.
El uso adecuado de la jeringa de irrigación y las agujas de irrigación permite asegurar que el conducto radicular se limpie completamente y se prepare de manera óptima para la obturación, reduciendo el riesgo de infecciones y mejorando los resultados del tratamiento.