Qué es, para qué sirve y qué tipos de Curetas Dentales hay

Las curetas dentales son uno de los instrumentos más representativos en periodoncia y en cualquier protocolo serio de higiene clínica.
No solo eliminan sarro: ayudan a conservar piezas, evitar recidivas y mantener el tejido periodontal en condiciones óptimas.
Si diriges una clínica o laboratorio, y estás valorando actualizar tu instrumental periodontal, conocer qué son, qué función cumplen y qué tipos de curetas existen te permitirá hacer una elección alineada con tu flujo de trabajo, tus pacientes y tus objetivos terapéuticos.
Una buena elección ahora te ahorrará tiempo y te ayudará a ofrecer mejores tratamientos a tus pacientes.
¿Qué es una cureta dental y para qué se utiliza?
Una cureta dental es un instrumento manual, diseñado específicamente para eliminar sarro subgingival y alisar la superficie radicular.
En otras palabras: permite limpiar donde los ultrasonidos no siempre llegan y donde la precisión humana sigue siendo insustituible.
Su forma —una hoja metálica fina y afilada, montada sobre un mango ergonómico— permite adaptarse al contorno de la raíz sin lesionar el tejido blando.
Se utiliza en tratamientos periodontales, mantenimientos postquirúrgicos y en cualquier intervención donde el objetivo sea preservar el soporte del diente a largo plazo.
¿Cómo se usa una cureta dental?
- Introduce la cureta suavemente en la bolsa periodontal, con el borde activo apoyado contra la raíz.
- Mantén la hoja adaptada al contorno radicular para evitar dañar el tejido blando.
- Realiza un movimiento de tracción desde la profundidad hacia fuera, con presión firme pero controlada.
- Trabaja por secciones, asegurando un contacto constante con la raíz y evaluando con sensibilidad táctil las zonas con cálculo o irregularidades.
- Repite el procedimiento hasta eliminar completamente los depósitos, manteniendo la estabilidad del instrumento en todo momento.
Esa retroalimentación táctil es lo que permite al profesional actuar con precisión y seguridad.
Más allá de su definición técnica, la cureta es sinónimo de control, sensibilidad táctil y precisión.
Y eso, en clínica, se traduce en resultados predecibles y pacientes más satisfechos.
¿Para qué sirven las curetas dentales y cuáles son sus funciones?
Las curetas dentales se utilizan para eliminar cálculo subgingival, placa bacteriana adherida a la raíz y alisar superficies radiculares.
Son esenciales en el tratamiento de enfermedades periodontales como gingivitis y periodontitis, así como en el mantenimiento postquirúrgico o en terapias de soporte.
Su diseño permite llegar donde otros instrumentos no alcanzan: dentro de las bolsas periodontales, bajo la encía y en zonas interproximales profundas.
Además de eliminar depósitos, permiten al profesional:
- Reducir la inflamación gingival mediante el control mecánico de la infección.
- Prevenir la pérdida de inserción ósea manteniendo las raíces limpias y lisas.
- Evitar la recidiva de la periodontitis tras tratamientos quirúrgicos o regenerativos.
- Realizar tratamientos conservadores con mínima invasión.
En manos expertas, una buena cureta odontológica permite trabajar con precisión milimétrica, acortar los tiempos clínicos y mejorar la respuesta del tejido periodontal desde la primera sesión.
Tipos de curetas dentales en odontología
Existen dos grandes grupos de curetas dentales: las universales y las Gracey.
Cada una está diseñada para un tipo de acceso, ángulo y adaptación radicular.
La principal diferencia entre una cureta universal y una cureta Gracey está en su diseño y en su uso clínico:
- Cureta universal: tiene dos bordes activos y un ángulo de corte de 90°, lo que le permite ser utilizada en todas las superficies dentarias (anteriores, posteriores, mesiales y distales). Es ideal para limpiezas generales y tratamientos de mantenimiento.
- Cureta Gracey: tiene un solo borde activo y un ángulo de 70°, lo que la hace más precisa y menos invasiva. Cada número de Gracey está diseñado para una zona específica de la boca, por lo que se utilizan en tratamientos periodontales más avanzados o localizados.
Curetas universales
Como su nombre indica, las curetas universales están pensadas para trabajar en cualquier zona de la boca, tanto en superficies mesiales como distales.
Su hoja tiene dos bordes activos, ambos afilados, lo que permite utilizarlas en múltiples direcciones y con una sola pieza cubrir toda la boca.
Son muy útiles en higienes generales, mantenimientos periodontales y cuando se busca rapidez operativa sin cambiar de instrumento constantemente.
Su ángulo de corte es de 90°, por lo que requieren una inclinación adecuada del instrumento frente al diente para ser efectivas.
Curetas Gracey
Las curetas Gracey están diseñadas específicamente para adaptarse a zonas concretas de la boca.
Cada número de Gracey corresponde a una región determinada: por ejemplo, la Gracey 1/2 para anteriores, la 11/12 para caras mesiales de posteriores, o la 13/14 para distales.
Puede interesarte: clasificación de las curetas Gracey.
Solo tienen un borde activo por hoja, lo que las hace más precisas, menos agresivas y mejor adaptadas a las curvas radiculares.
Su ángulo de corte es de 70°, lo que permite una inserción más natural y suave bajo el margen gingival.
¿Cómo elegir la cureta dental adecuada para mi clínica o laboratorio?
La elección de una cureta dental no debe basarse solo en el precio o la marca.
Cada tipo de cureta responde a una necesidad clínica concreta, y elegir bien puede marcar la diferencia en la eficacia del tratamiento y en la experiencia del paciente.
Estos son los factores clave que deberías valorar antes de incorporar nuevas curetas a tu instrumental:
- Zona anatómica a tratar: las curetas universales funcionan en toda la boca, pero si buscas máxima precisión, las Gracey permiten un acceso más adaptado a áreas específicas (anteriores, posteriores, mesiales o distales).
- Tipo de tratamiento: para higienes generales o mantenimiento periodontal, una universal puede ser suficiente. Para raspado subgingival profundo o pacientes periodontales crónicos, es preferible usar curetas Gracey específicas.
- Ergonomía y confort: elige mangos anatómicos, antideslizantes y ligeros. Mejoran el control y reducen la fatiga durante sesiones largas o repetitivas.
- Material y afilado: las curetas de acero quirúrgico de alta calidad mantienen el filo por más tiempo. Algunas permiten afilado manual; otras vienen con tratamiento de afilado duradero.
- Formación del equipo: si tu equipo está más familiarizado con universales, puede ser útil comenzar con un set básico de Gracey bien identificado para facilitar la transición.
Invertir en las curetas correctas mejora la calidad del tratamiento, la comodidad del operador y la percepción del paciente en cada sesión.
Recomendaciones para el mantenimiento y uso adecuado de las curetas dentales
Una cureta dental bien cuidada conserva su filo, prolonga su vida útil y mantiene la eficacia clínica en cada sesión.
Descuidar su mantenimiento puede comprometer la precisión, aumentar la fatiga del operador y generar molestias al paciente.
Sigue estas recomendaciones para optimizar su rendimiento:
- Esteriliza después de cada uso: sigue el protocolo de desinfección y esterilización térmica recomendado por el fabricante para evitar la corrosión y asegurar la bioseguridad.
- Evita golpes o caídas: una cureta deformada o desafilada pierde adaptación y puede dañar tejidos durante su uso.
- Revisa el filo regularmente: si notas mayor resistencia al raspar o pérdida de eficacia, probablemente necesite afilado. Existen kits de afilado manual que permiten mantener el borde activo sin sustituir la herramienta.
- Utiliza el tipo correcto para cada zona: usar una cureta universal en zonas muy específicas puede forzarla y desgastarla más rápidamente.
- Almacena en bandejas adecuadas: evita el contacto entre instrumentos para preservar el filo y prevenir oxidación por fricción.
Un mantenimiento correcto no solo alarga la vida útil de cada cureta, también mantiene el estándar de calidad en cada tratamiento y protege la inversión realizada en instrumental periodontal.